Mark Spitz con parte de sus siete medallas |
Su padre y su entrenador siempre estuvieron con él y nunca dejaron de aconsejarlo. Su creador fue quizás el más grande impulsador para que obtuviera tanto éxito y luche por alcanzarlo. Usualmente le daba sermones como los siguientes: “¿Cuantas calles hay en una piscina?, ¿Cuántas de esas calles son ganadoras?” o “Nadar no lo es todo, ganar sí”, recordaba el propio Spitz.
Mucho se hablaba de la arrogancia y el desbordante ego de Spitz. Sin embargo, en el 2012, muchos años después de su retiro, el propio exnadador pidió a sus compatriotas Ryan Lochte y Michael Phelps que se tomen las cosas con calma en los Juegos Olímpicos de Londres 2012: "Es la naturaleza humana querer hacer algo que queda muy bien sobre el papel, pero en algún momento hay que controlar el ego y pensar: ¿quiero sacrificar esta prueba para asegurar? Parece que Phelps y Lochte nunca tuvieron eso en cuenta", declaró tras el decepcionante inicio que tuvo Estados Unidos en esta Olimpiada, aunque solo fue al inicio ya que terminaron muy bien.
Spitz se ganó antipatía por distintas declaraciones polémicas cuando se mantenía en competencia. Por ejemplo, antes de llegar a México 68 se aventuró a decir que ganaría seis medallas de oro, y sus antecedentes lo respaldaban ya que poseía 10 récords mundiales. Decepcionó a medio país al solo ganar dos preseas doradas, de ahí en adelante ya es historia conocida, en la siguiente edición incluso se llevó una más de las que había prometido.
Otro de los factores para recordar de Spitz es que en todas sus victorias logró romper un récord mundial. En el 2005 fue el abanderado de Estados Unidos en los Juegos Macabeos y fue la última vez que ocupó las secciones deportivas. Hoy en día tiene 63 años y vive en Los Ángeles junto a su familia. Sin duda, el recuerdo de Mark Spitz siempre estará presente cuando se hable de la historia de los Juegos Olímpicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario